Borra toda huella que dejes a tu paso,
cualquier surco vital
cualquier ruido de arteria.
Que sólo haya memoria en tu memoria
y aquello que quisiste sea invisible como un dios o su demencia,
humilde como un agua golpeando las galaxias,
casi un mundo que al mirarlo acaba,
una luz de treinta y pocos años parecida al vuelo de la luz
de un escenario,
un delirio esquivo
como el pulso malherido de los faros.
Entonces serás dichoso por esa historia de amor.
Porque no urbanizaste en ella un invierno barato
ni hiciste de su ciencia ligera mercancía,
fanfarria del aplauso.
Pues lo que no se anuncia no se pierde para siempre.
Así se fabrica la vida.
Así he pronunciado tu nombre.
Así he levantado en mi casa un idioma sin rastro
e inventé para ti la alegría.
Compartir
Te invito a descubrir Poética 2.0
Desde la plataforma Poética 2.0 estoy descubriendo el fabuloso mundo de la poesía con la voz de Grandes Actores.
Descúbrelo tu también en www.poetica2puntocero.com